Juanito Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en el pueblito de “Becchi” cerca de Castelnuovo de Astí.
Los vecinos llegan a saber que Juanito el hijo de Margarita, se va al seminario – quiere ser sacerdote -. Cada uno aporta lo que puede para ayudarlo: maíz, harina, ropa usada, etc.… Pero ciertamente no era suficiente, había que comprar libros, ropa, y pagar una pensión mensual. Juan se arma de valor y va de casa en casa pidiendo ayuda. Todos le dan de su pobreza.
Cuando siente Juanito el dejar su pueblo, pero quiere estudiar.- Sabe vencer dificultades – Los suyos sienten también mucha pena el despedirlo.
Juan va en busca de los libros que le faltan…, pero, al pagar la cuenta ve que la suma es más elevada que la cantidad que tiene en su bolsa.
Afortunadamente logra cancelar con las cosas que le habían regalado sus vecinos.
Una buena mujer que se encontraba en la tienda, se dio cuenta de la necesidad del muchacho. Y observando en él a un joven bueno e inteligente. Le ofrece alojamiento en su casa.
Tengo un hijo de carácter muy difícil. Estoy preocupada. No tiene padre… quiero que tu le ayudes en los estudios.
Bautista-así se llamaba el niño- y Juan se hacen muy amigos. Juegan y se divierten juntos, pero también estudian con mucho empeño.
Juan ayuda en las labores de casa, así contribuye a pagar parte de su pensión.
Por sus excelentes calificaciones, Juan fue admitido a dar examen de ingreso al cuarto curso. El maestro al ver entrar en el aula, a mitad de curso, a un alumno tan alto como el, dijo bromeando: -“He aquí a un enorme talento o un topo”.
Algunos compañeros de clase pensaron poder divertirse un poco a expensas de Juan.
Al comienzo les deja hacer, pero luego al tener a tres sobre sus espaldas, toma las manos del que esta encima, lo aprieta fuertemente hasta hacerles doler y luego los echa fuera de la clase.
Desde aquel momento Juan empezó a ser respetado por sus compañeros a quienes se les quitaron las ganas de burlarse de el.
Muy pronto, por sus éxitos escolares y por su buena voluntad para hacer el bien, se gano la simpatía y el cariño de sus compañeros. Formaron un grupo que Juan bautizo con el nombre de: “Sociedad de la Alegría”.
Juanito prepara un reglamento sencillísimo y fácil de entender y lo da a conocer a todos.
Organizaban juegos, entretenimientos, actuaciones teatrales, etc… y toda aquella diversión terminaba con las oraciones.
Realizaban paseos y excursiones. No había tiempo para estar tristes, ni ociosos. Para Juanito su mayor preocupación era mantenerlos ocupados.
Cada Domingo se reunian antes de asistir a la misa para aprender el Catecismo. Pero… ¿Qué sucede?¿donde se habran ido?
Había llegado al pueblo un saltimbanqui(prestidigitador) y deba sus espectáculos de alta acrobacia justo a la hora de las funciones de la Iglesia. La gente se arremolinaba para verlo.
Juan piensa:¡si este sigue con su espectáculo todos los Domingos, adiós Sociedad! Y se decide hablar con el charlatan para que ponga sus juegos en otra hora. El hombre se rie en su cara; no quiere entender razones.
Juan no se da por vencido. Prepara un cartel que se dice: “un estudiante desafía a un saltimbanqui profesional”.
Todo el pueblo se reunió para la ocasión. La primera prueba consistía en una carrera de resistencia. Juan gano fácilmente y cosecho grandes aplausos y las 20 liras de la apuesta. El hombre pidió la revancha. Esta vez la apuesta era por 40 liras. Saltar el canal de riego. La agilidad de Juan, de nuevo vino en su ayuda y así la segunda victoria.
La gente aplaudía a Juan. El saltimbanqui estaba furioso por las Liras y porque la gente empezaba a burlarse de él. ¡Te desafío otra vez! ¡100 Liras!.
Es mucho para Juan, pero sus amigos lo apoya… el que coloque sus pies más cerca de la punta del árbol. Primero va el saltimbanqui; ya no puede llegar más alto sin que se rompa la punta. ¿Sera posible vencerle?
Dice Juan: “Subí casi exactamente hasta donde él había llagado. Agarrándome al árbol con las manos, levante el cuerpo y puse mis pies un metro más arriba que mi contrincante. El hombre se pone triste y esta por llorar.
Juan no quiere aprovecharse de la situación. Hace un trato con él: Pagar una comida para los de la “Sociedad de la Alegría” y no molestar a la hora de las funciones de la iglesia. El en cambio le devuelve su plata”.
Juan ha visto un medio para ayudar en su apostolado. Aprender de veras la prestidigitación.
Le acusan ente el Director: - Bosco hace cosas de magia, hace desaparecer las cosas, adivina los pensamientos… Llega Juan a la Dirección.
En ese momento sale un alumno que había ido a pedir un poco de dinero para sus útiles.-Sabes, Bosco, te acusan de adivinar los pensamientos, de hacer desaparecer cosas…, que prácticas la magia…
¿Me puedes explicar que sucede?-Mire, Señor Director, cuando salió el otro muchacho, usted dejo su portamonedas sobre el reclinatorio; el reloj lo dejo sobre la mesita… al entrar yo recogí ambos…
-Es que ya sospechaba porque me había llamado… simplemente escondí ambas cosas debajo de la lámpara.
-Te felicito, dijo tranquilo el Superior. Se ve que eres más listo que aquellos que te acusan. Espero que siempre usaras de tu habilidad para hacer el bien.
¡Hacer el bien! No pensaba en otra cosa. Al ir a la Iglesia veía con frecuencia al sacristán que se recogía en un rincón donde leía con avidez.
- ¿Qué será lo que lee con tanta atención?... ¡La Gramática!
- Sí, quiero estudiar... llegar a ser sacerdote... pero solo no puedo.
- Si quieres, yo con gusto te ayudare en lo que puedo.
A los 35 años la memoria no siempre es tan ágil. Buscan un lugar tranquilo…, el campanario. Allí nadie les molesta y con paciencia superan toda dificultad.
Llego por fin el momento esperado. Juan tiene la inmensa alegría de ver a su alumno vestir la sotana al ser recibido en el Seminario… ya pronto será sacerdote.
Juan ha hecho3 años de estudio en 1 solo año. Durante las vacaciones debe repasar todo lo aprendido. Su hermano no lo dejaba en paz. ¿Qué hacer?
La providencia viene en su ayuda. Un sacerdote le hace una oferta.- tú necesitas donde estudiar. Ven a mi casa: yo corregiré tus tareas y tú te encargaras de cuidar mi caballo.
Juan acepta con gusto. Trabaja, estudia y también tiene tiempo para un poco de diversión:- ¡Que mejor que ir a caballo al aire libre!
De regreso a la ciudad de Chieri, para ayudarse en sus gastos, trabaja de mozo en un restaurante. Es muy atento con los clientes. Su seriedad y compostura hace que algunos clientes se moderen en su lenguaje.
Juan se hace muy amigo de un joven hebreo, de nombre Jonás. Este tocaba muy bien el piano. Pasaban horas alegres cantando y tocando.
Un dia Jonas se ve envuelto en una reyerta que podía acarrearle tristes consecuencias. Al defenderse golpea fuertemente a un joven y este cae al suelo.